1. Gestión proactiva:
El MSP supervisa y gestiona de forma proactiva la infraestructura o los servicios de TI para identificar y resolver problemas antes de que provoquen interrupciones importantes. Esto también incluye la implementación de trabajos de mantenimiento y actualizaciones periódicas.
2. Acuerdos de Nivel de Servicio (SLA):
Los servicios específicos, las responsabilidades y las expectativas de rendimiento se establecen en un SLA. Este documento define la calidad y el alcance de los servicios, como los tiempos de disponibilidad, los tiempos de respuesta en caso de problemas y los resultados esperados.
3. Soporte continuo:
Los servicios gestionados suelen proporcionar supervisión y soporte las 24 horas del día (24/7). Los clientes pueden acceder a un equipo de soporte especializado que está disponible en cualquier momento para resolver problemas y manejar consultas.
4. Rentabilidad:
En lugar de crear y gestionar sus propios recursos y equipos de TI, las empresas utilizan los servicios gestionados para ahorrar costes y obtener acceso a la experiencia y la tecnología avanzada.
5. Experiencia y tecnología:
Los proveedores de servicios gestionados aportan conocimientos y experiencia especializados que permiten a las organizaciones aprovechar las tecnologías de vanguardia y las mejores prácticas sin tener que crear grandes recursos internos.